El conflicto...

Tan natural como la vida misma, el conflicto forma parte de todos nosotros, integrado a nuestras relaciones personales, emergiendo entre la individualidad de cada uno y la convivencia, dando cuenta clara de nuestra independencia, de la visión particular de lo que nos rodea, de nosotros frente al mundo, de nuestros gustos, de nuestras creencias, de nuestros pensamientos, de nuestra subjetividad, de nuestro sentir y nuestro ser. Las organizaciones escolares, como microcosmos de la sociedad en la que están insertas y partícipes de su influencia, son un espacio vital en el que confluyen múltiples interrelaciones que configuran el marco propicio para el surgir de los conflictos. De la postura que adoptemos todos ante el mismo sin excepción -protagonistas, interesados, mediadores, observadores, etc.- dependerá que nos rindamos ante ellos o los veamos como una excelente oportunidad para mejorar, crecer, avanzar, progresar y evolucionar.



Es mi deseo, a través de las siguientes páginas, abrir el debate sobre el tema y ampliar visiones que nos permitan ver más allá del aquí y ahora, coger al conflicto de la mano y dejarle que nos guíe por un camino de futuro productivo.




jueves, 7 de enero de 2010

Conflicto y resolución de conflictos escolares: La experiencia de mediación escolar en España

1 comentario:

  1. En este artículo se hace referencia a la necesidad de asumir los conflictos como procesos que forman parte de la cotidianidad y que tanto su prevención como su resolución pasa por aceptar su parte constructiva y no ver sólo sus aspectos negativos.
    De la autoritaria disciplina que reinaba en las escuelas de nuestros padres se ha pasado a una visión democrática de las mismas donde la convivencia supone la aceptación de unas normas consensuadas y asumidas responsablemente por todos. Pero este cambio en la forma de ver y representar la escuela se ha producido como rechazo al anterior, sin tiempo y conciencia suficiente de adquirir verdaderamente el compromiso de ser realmente responsables ante la nueva situación.
    Se crea así una disociación entre los que siguen añorando la disciplina de antaño como único método factible para desarrollar su labor educativa, los que simplemente rechazan a los primeros, actuando del mismo modo pero en posiciones opuestas y los que promueven el respeto y la convivencia como normas básicas para el óptimo desarrollo de la educación.
    La comunicación y el diálogo suponen indispensables para perderle miedo al conflicto y desterrar el castigo como único método de resolución de conflictos.
    El propio ritmo vertigino con que evoluciona nuestra sociedad actual hace que no reflexionemos lo suficiente sobre nuestros propios pensamientos y actos y deberíamos someternos a una constante autocrítica que nos permitiera ver y comprender actitudes y sentimientos de todas las partes y no mantenernos permanentemente posicionados actuando de jueces y proclamando ganadores y perdedores.
    Para ganar todos debemos tener claro que perseguimos un objetivo común, aprender, y que también debemos hacerlo de nuestros propios errores.
    En favor de ello surge lo que se denomina "educar con inteligencia emocional" que básicamente consiste en aprender a controlar nuestras propias emociones y ser capaces de compartir, comprender, colaborar, cooperar y empatizar con los demás.

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